.Y me percaté de que cuando escribía aquellas letras ya casi nunca era para poner tu nombre, que hacía tiempo que no me acordaba de las veces que me juraba odiarte dos veces cada tres semanas, y también me percaté, con el debido asombro, de que en parte me hacía preguntas sobre nuestro futuro cercano y sobre nuestros próximos 'cara a cara'. Cuántas veces se cruzarían los trenes que nunca nos llevaron a ningún lugar?
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