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lunes, 31 de agosto de 2009


.Y me percaté de que cuando escribía aquellas letras ya casi nunca era para poner tu nombre, que hacía tiempo que no me acordaba de las veces que me juraba odiarte dos veces cada tres semanas, y también me percaté, con el debido asombro, de que en parte me hacía preguntas sobre nuestro futuro cercano y sobre nuestros próximos 'cara a cara'. Cuántas veces se cruzarían los trenes que nunca nos llevaron a ningún lugar?

lunes, 17 de agosto de 2009


.Un sexto sentido me decía que debía espaciar mis encuentros, disimular mis pasiones, añadir a nuestro trato una porción de indiferencia. Pero un instinto de destrucción más poderoso que mi sexto sentido me empujaba a perseverar en el error. Lo cultivé con tanta minuciosidad que la historia no duró más de dos semanas (aunque en realidad se alargase peligrosamente en el laberinto de mi tiempo).


El mundo; Juan José Millás

lunes, 10 de agosto de 2009



.Recordó el lejano tiempo en el que le atemorizaba el ruido de los coches y sus luces proyectándose a través de las líneas de la ventana anunciando que era una hora decente, anunciando que pronto tendría que poner los pies en el suelo tras el aullido pertinaz de la maldita tecnología.

El tiempo de las pastillas amarillas, de las miles de bolsitas de té a cualquier hora, de toda esa droga débil que deja al alma colgada de una alambre que se mece con el viento.

Y entonces llega alguien como una visión efímera para rescatarte del naufragio, te sube a las nubes, y, suavemente y sin argumentaciones de ninguna clase, te suelta en el degradado escenario de la realidad sin ni siquiera darte tiempo a agarrarte al raído telón. C'est dommage!

martes, 4 de agosto de 2009


.Le pidió al taxista que avanzase tres manzanas hasta la calle Wild West, y a medida que avanzaba notaba que el tiempo se precipitaba con un anormal y vertiginoso ritmo, aunque prefirió pensar que todo aquello era fruto del cansancio que el largo viaje le había provocado."Calle Wild West", oyó decir al taxista. Pagó veinte dólares y salió del coche caminando hacia la cristalina torre, dándose cuenta con su reflejo de que habían pasado al menos treinta años desde que montó en el taxi, y de que la desintegración del Universo parecía hacerse notar tres veces más que en los anteriores cuarenta y cinco segundos.Nada de aquello podía ser posible. O sí?