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domingo, 22 de noviembre de 2009


Y antes de partir debería haberme resignado a perder una partida más, a aceptar que también en este caso la pasión viajaba en avión y que no tenía billete de regreso, que la esperanza tenía que morir para nacer en otra persona y que al lugar donde fui feliz no debí jamás tratar de volver. Que tenía que pasar página y que aquello se había roto mucho antes de que yo escuchase el estrépito. Que tal vez no tuve que permitir que nada de aquello pasase, que el tiempo de las cerezas nunca llega en Noviembre; que no era el momento de reservar suite en las nubes.



como el santo a punto de perder la fe.

domingo, 15 de noviembre de 2009


.Al fin y al cabo te echo de menos porque te lo has currado durante mucho tiempo.
Es más, creo que desde que nuestras vidas comenzaron a coserse con el mismo hilo, tuviste claro que, cuando me fuese lejos de tus lunes, de tus tardes frustradas o de tu reloj atrasado, me harías llorar tarde o temprano.
Te convertiste en poco tiempo para mí en algo así como la almohada más blanda a la hora de llorar y la carcajada más profunda a la hora de reir, y conseguiste que con el tiempo tus defectos fuesen más virtudes, y tus virtudes más perfecciones.
De modo que, pasados casi seis años a tu lado, me tienes aquí, muy lejos de tí, filmando fotogramas pasados de nuestras mejores risas, de nuestras mejores lágrimas, de los peores momentos, de lo bueno que ha sido todo este tiempo a tu lado.
Y, claro, con todo eso cómo no voy a echarte de menos de este modo tan cruel?