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domingo, 19 de julio de 2009


.Tenía que buscar un recuerdo feliz, el más feliz de todos, el que empapara sin remedio mis pestañas, y la encontré a ella. Yo apenas tenía dos años de edad, estaba sobre sus piernas que parecían grandes cojines de algodón y cantábamos una de esas viejas canciones populares que no se olvidan ni con la peor de las amnesias.
Y de repente, cuando comprobé de nuevo que sólo me quedaban millones de recuerdos felices, me eché a llorar sin remedio sobre el cojín de mi habitación aún sabiendo que eso no resolvería nada.
Era rabia, soberbia, nostalgia y tristeza. El peor cóctel que pueda tomarse un domingo.

lunes, 13 de julio de 2009


.Creo que aún no sabes del todo y ni siquiera llegas a imaginarte por qué ahora las cosas están así. Resulta que en un duelo de perdedores perdí un paquete con ilusiones, y las cosas fluyeron tan extraordinariamente que comencé a creerte una causa perdida, fue entonces cuando, por algún extraño motivo que ni siquiera yo puedo entender, comencé a sentir que no podría por momentos no quedar subordinada a tu recuerdo legado como un infinitivo al verbo querer.
Y entendía en mis desvelos con tu nombre que jamás quedarían métodos para hacerte llegar a mi lado, que jamás entenderías mis silencios, que mis gestos desembocarían en nuestra confusión, que el viaje de partida iba a ser duro contigo o sin tí.
Entonces regresaste de tu viaje jamás emprendido, callaste dos segundos, te aseguraste de que no hubiera nadie en la próxima intersección y al llegar allí las señales te confundieron.
Y fue horroroso y a la vez maravilloso comprobar que Edipo iba a jugar con preferencia sobre nuestros extraños teoremas.




echarte de menos es sin hache.

miércoles, 8 de julio de 2009


.Tú y tus desyunos con tostadas, tú y tus baños prolongados, tú y tus viajes conmigo al lado, tú y tu magia singular, tú y tu particular modo de hacerme delirar, tú y tus sabados de rock y gasolina, tú y tus balances desgastados, tú y tu cocina experimental, tú y tu dogmatismo nihilista, tú y tus susurradas obscenidades, tú con tu magnífica dulzura, tú y mi programa de historias jamás ocurridas, tú y mis soledades concurridas, tú y mis silencios agotados, tú y mi artillería pesada, tú y mi realidad distorsionada.


En el mejor de los casos fuimos un mundo aparte.

viernes, 3 de julio de 2009


.Si fueron las dudas, fueron los recuerdos o fueron las horas no importaba en aquel entonces plagado de nostalgias y misantropía extrema. Importaban un bledo también las atenciones nunca merecidas, las películas que jamás entendió o las maderas que nunca pisó.
Fue un tiempo de un constante echar de menos todo lo bueno, aunque en relidad todo lo bueno puiese resumirse en un par de asuntos.
Y las pequeñas furias paranoicas, y los pequeños adverbios de frecuencia, y las hojas de un otoño estival que caían sobre el empapado estanque de melancolía y fiebres cromáticas.
aunque te duela el alma como me duele a mí.]