.Hace tiempo dejé de interesarme por la filosofía. Os prometo que me encantaban mis clases de ética, pero la filosofía se ganó a pulso mi odio. Bueno, rectifico: fue mi profesor, una persona, a mi parecer, fría y vacía, como un invierno en la memoria de un pez. Eso, sumado a su modo de corregir los exámenes en el que sólo los favoritos ganaban, me hizo odiarlo aún más, a él y a su materia. Y eso que yo estaba entre los favoritos, muy a mi pesar.
Por eso fui incapaz de interesarme por Santo Tomás o Kant, su preferido, dicho sea de paso. Aparte de los cuatro autores que conocí en segundo curso y del que sólo me gustó Platón porque me resultaba poético y musical, no conozco mucho más, y lo más triste es que no puedo evitar la sensación nauseabunda que me aborda al escuchar el nombre de algún filósofo.
Y he pensado que necesito alguien que me ayude a no odiarles, a sacar su parte pragmática, o su parte poética, que digo yo que todos la tienen; alguien que no se enrede en las ramas del detalle, como acostumbro a hacer cuando se me pregunta por algo que me guste, y que me explique cómo esas personas y sus sistemas llegaron a importar al mundo.
Alguien que sofoque mi afán nihilista y que me ayude a creer en algo diferente a Edipo, en algo infalible, en algo que sea agua tibia para un alma congelada.
llevarás las riendas de la vida hasta la sonrisa perfecta, que es lo único por lo que merece la pena luchar.
1 comentario:
Odio a los profesores que hacen que odiemos asignaturas (te puedes creer que odiaba profundamente lengua en bachillerato con lo que adoro leer/escribir?), y más los malos profesores que hacen que la gente odie la filosofía. Creo que si hubieras tenido al mismo que tenía yo, no la odiarías (o quizá si, porque inexplicablemente muchos compañeros mios también la odiaban). Ese hombre, desde que fue mi tutor en 2º de la ESO me marcó inevitablemente.
Brrr. No sé como podría hacer que te interesase la vida de esos hombres, que están condenados por generaciones que comentan que siempre fumaban antes de escribir. A mi, creo que el que me ganó inevitablemente fue Nietzsche y su forma radical de vivir la vida. Mi profesor siempre me dijo que para él, Nietzsche no era filosofo, solo un poeta, pero que es irremediable que cuando tienes 18 años creas que puedes cambiar el mundo matando Dioses, y haciendo siempre lo que quieres, sin pensar demasiado. Creo que aún lo creo, y por eso creí en él. Te recomendaría que leyeras la genealogía de la moral, aunque la hayas leído ya. Es pura poesía y pura metáfora. Creo que mis textos empezaron a nacer cuando comprendí que lo bueno del lenguaje son las metáforas, que aunque no nos podemos comunicar con ellas, al menos podemos hacer algo de arte. Si, decididamente creo que mi profesor llevaba razón y Nitzsche tiene más de poeta que de filosofo.
:)
Toma parrafada, ¿eh?, pero has dado con alguien que se planteó durante meses entrar en la facultad de filosofía en vez de la de comunicación... pero, yo no sirvo como profesora de instituto y entrar solo para que una nueva generación odie una asignatura, no me parecia rentable. jajaja
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