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viernes, 7 de enero de 2011

.Creer, en cambio, que en determinados momentos la mejor opción es quedarse inmóvil, petrificado, hacer como si no sintieses el mundo. Hablo del encerramiento en el interior, que puede ser el lugar más inhóspito y desconocido incluso para uno mismo. De este modo, ya no habrá que desempeñar roles ni controlar la comunicación gestual para que sea ésta quien sirva de guarnición a las palabras.
No obstante, la realidad es algo más complejo que todo esto, es transversal al ser humano, aparece incluso cuando no quieres que eso suceda y te obliga a reaccionar constantemente, te empuja a participar en su juego macabro de soledades acompañadas, tu escondite ya no es hermético aunque te empeñes en mantener lo contrario; la realidad se ha colado por todas partes y es prácticamente imposible que puedas mantenerte mucho más tiempo en tu ajada crisálida sin reaccionar ante el tráfico de acontecimientos que se despliega ante ti.
Tal vez puedas conseguirlo, sí, pero por cuánto tiempo?

1 comentario:

Anónimo dijo...

Me encanta tu blog, esa manera de escribir eres todo un artista, jej, te dejo el mio delatorrepintor.blogspot.com, un saludo