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sábado, 13 de noviembre de 2010

.Igual te preguntas por qué ahora y no dentro de un mes que es tu cumpleaños, y te respondería si pudiese encontrar una razón lógica a este constante recuerdo que me abraza hasta casi ahogarme. Ya sabes, hay amores que matan (aunque el tuyo a veces me da la vida).
Sé que te encanta la forma artificiosa, lo llamativo en su esencia y lo vital, todo lo que infunda ánimo de seguir saltando, o tropezando, aun en las sendas más pedregosas. Sí, claro que lo sé; han sido muchos veranos a tu lado y muchos inviernos prendidos del fuego de una cerilla cuya llama titilaba con el viento y amenazaba con apagarse.
Pero esta vez vas a tener que disculparme, estoy de un gris insoportable. Cuando me ducho, el agua cristalina se convierte en gris, las luces se convierten en un brillo mortecino y las paredes amenazan con sombras de color gris oscuro casi negro. Te digo esto para que sepas, aunque sé que eres plenamente consciente de ello, que te escribo desde la más profunda melancolía.
Desde la habitación con paredes grises que el Otoño ha pintado, te escribo para agradecerte esa capacidad insólita que tienes de alegrarme los momentos con sólo ver las fotos que tenemos juntos. Esta capacidad no sólo viene motivada por el hecho de que estéticamente quedas bien donde quiera que te pongas, sino que en ella intervienen factores como tu vitalidad, que sobrepasa los límites icónicos para instalarse a mi lado y me hace pensar que merece la pena volverse gris durante un tiempo sólo por volver a darte un abrazo.
Eres una de esas personas que aparecen en la vida de los demás como por casualidad y acaban instalándose hasta conseguir la etiqueta de "celebrity". Alguien edición limitadísima, de originalidad casi imposible y exultante carácter. Alguien capaz de teñir la mañana más austera de verde y naranja, capaz de llevar al extremo el término diversión en una noche fría como un témpano.
Y tengo que darte las gracias también porque, de no ser por tí, no tendría ni la mitad de mis fotos preferidas, me faltaría un 50% de los fotogramas que, día a día, aportan una dosis de energía a mis mañanas de lunes.
Por personas como tú puedo decir que tengo dos hogares. Uno, el indómito mundo al que me enfrento yo sola con los pilares que el destino ha puesto en mi camino en forma de amigos, y otro, el que se adivina tras vastos campos verdes y marrones y donde se respira el aire más puro que se ha creado.
Gracias a personas como tú, no podría jamás abandonar ese mundo por mucho empeño que pusiese.
No sé si se me ha escapado decírtelo alguna vez, pero TE QUIERO. Así, con mayúsculas y con un convencimiento que casi asusta.




1 comentario:

Benito J. Guerrero dijo...

Se que cualquier cosa que yo te escriba ahora se va a quedar en nada al lado de tu texto.

Pero el caso es que hoy estoy aquí en el pueblo, y sé que esta noche no voy a verte. Y pisar la calle de los botellones sin ti, sin tus caídas, sin tus volantazos, sin tus gritos, sin tu intenso clapear, sin tus bailes desacompasados, sin nuestro martini, si tu Jonnie (o cualquiera de esos caros que solo tú te mereces).

Joder Est. Jamás la distancia se me ha echo tan lejana.

Pero sabes qué? En un mes estarás aquí (y yo también). Tendremos (tú mas que yo) vacaciones. Alcohol. Buena música. New york new york. Menci. Cerillas. Llamas. Mañaneo. Desayunos. Fin de años.

TODO. ya tu sabes. Así pues termino por pedirte que sobrevivas hasta diciembre, que está a la vuelta de la esquina.

Recuerdas que OCHO DE AGOSTO se escribe en oro. Pues escribe NOSOTROS también. TeQuiero.