.Recordé que a veces las cosas no se eligen por mera convicción, sino que la elección es en muchos casos fruto del impulso, y que los hilos que Edipo mueve para confeccionar su manto no siempre conforman el mejor estampado.
Y comprendí que, como en la historia de Edipo, nadie sale bien parado de esa clase de juegos.
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