.Te lo voy a contar de una vez, si no luego me va a dar tentación de inventar cosas. Porque ésta era de una de esas cosas que una nunca le cuenta ni al espejo, ahora imagínate a una grabadora.
Una va y hace las cosas como se le ocurre, o se le antoja, o lo que sea, hasta que llega el punto en que dices: espérate, qué estoy haciendo?
Digo que de repente hay como una barrera que saltas y piensas: nadie que yo conozca ha saltado esta barda, yo la estoy saltando.